En el 27 de noviembre, 1992, Tamara Mata se despierta súbitamente a las noticias de que fuerzas rebeldes están atacando al presidente de Venezuela y bombardeando el aeropuerto de la Carlota en el segundo atentado de golpe de estado en el mismo año. Distanciándose del caos en que se enfrenta su país, ella busca la tranquilidad y la estabilidad en su pasado. Ella reflexiona sobre los eventos de su vida, desde su niñez en Merida hasta su juventud en Caracas, los años que ella pasó en la Universidad en Dallas, Tejas, y su regreso a Caracas cuando ya era una adulta. Tamara revive las emociones que la llenaban cuando se casó y más tarde dio a luz a sus niños. A través de los años, ella ha presenciado la dictadura así como la democracia en Venezuela y ella ha sentido la desilusión así como la esperanza. Sus recuerdos muestran los cambios en sus relaciones con su familia, sus amigos, su sociedad, y en última instancia con sí misma. Estas reflexiones destacan dos maneras distintas de ver a una orquídea: como una flor aparentemente frágil pero fuerte, y como una planta bella pero parásita.
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